Rozando Argelia.
Abandonando Marrakech hacia el barco de las 17 horas en Tanger MED.
Escrito por Javier (Navegante), fechado el 19 de noviembre de 2022.
Habiendo acordado salir temprano para poder cubrir los 600 Km que distan entre los extremos de la jornada de hoy. Salíamos del hotel a las 7:50 para seguir el "track" de la organización, pero tomamos una variante por la Ronda Norte-Este, que sin pasar por la población, la circunvala permitiéndonos hacer menos recorrido y por supuesto tardar mucho menos en llegar a la N-9 que habríamos de tomar para definitivamente dejar atrás la Ciudad Imperial. Apenas unos 3 Km desde nuestro enlace con la nacional y cruzábamos el peaje de la A-3, que nos llevaría hasta Casablanca. Eran las 10 cuando enganchamos con la A-1, en la entrada de Casablanca, para entrar en zonas de obras, que dejábamos atrás para alcanzar nuestro próximo destino, Rabat.
Rodeamos Rabat por la A-5 y enfilábamos hacia Kenitra, que alcanzábamos sobre las 11:30 de la mañana, habíamos recorrido 370 km, ya habíamos pasado el ecuador de la jornada marroquí de este 19 de noviembre. En el camino, habíamos rebasado a los coches de la organización y tras encontrarnos en el siguiente peaje, volvimos a dejarlos atrás para no verlos en todo el resto del día.
Pasamos Larache y Arcila, siempre a buen ritmo, para ser alcanzados por "El Cata", que nada más adelantarnos, aminoraba la velocidad de forma apreciable, lo tomé como una invitación a darle una "pasada" y allá me fui con Ligera para despegar las pocas pegatinas de su "avispa", esto hay que contarlo, no sé cuando me veré en otra ocasión de volver a disfrutar dándole una "lijada" semejante. Daban las 14:15 horas cuando parábamos para canjear el billete del barco en la oficina del puerto de Tanger de la naviera. Habíamos salvado los 610 km en 5 horas y 15 minutos, una buena media. Pasamos la aduana y el escáner para llegar al muelle de embarque a las 14:50, un poco más de media hora en todos los tramites administrativos de salida de Marruecos.
En el embarque, "Cata", Ángel, Jorge y Tomas nos regalaron con una estupenda comida a base de embutido y latas de sardinas, pulpo y otros manjares que hicieron la delicia del momento. Mientras esperábamos al barco que tendría que llegar desde Algeciras, pudimos satisfacer nuestro apetito, gracias a las viandas de nuestros amigos. Fue una espera agradable, charlando animosamente y departiendo sinsabores del viaje que llegaba a su ocaso. Rondaban las 17 horas cuando asaltábamos el barco con nuestras monturas y subíamos a los salones para pasar la hora y media de trayecto en grupo. Por las ventanas del salón pudimos ver como llegaban unos compañeros en moto, pero las puertas del ferry se estaban cerrando y tuvieron que quedarse a esperar al próximo. No vimos los coches de la organización cuando levamos ancla y pusimos rumo a Algeciras.
Después de llegar la hotel y darme la merecida ducha, los compañeros habían quedado en ir a cenar juntos, por mi parte llame a mis primas Sarai y Alicia y junto con Pablo, fuimos a darnos un baño de cariño en un bar, en el que dicho sea de paso, me deleite con un par de "tintos de verano" que acompañaron las viandas de esta maravillosa cena. Habíamos reforzado nuestros afectuosos lazos y era ya tiempo de descansar, me acercaron al hotel y allí vimos a los coches de la organización. Pablo, como niño que es, se quedo entusiasmado con el camión y las motos. Tony, de Hummer Raid, tuvo un bonito detalle al regalarle un frasco de los que venían en el paquete de bienvenida que habíamos utilizado para trasportar la arena en Marruecos. Nos despedimos con un fuerte abrazo y vi como partían ladera abajo, mientras me dirigía a mi habitación a descansar.